A lo largo de todo el planeta se están viviendo éxodos y migraciones masivas (externas e internas) como resultado no solo de complejas situaciones sociales, políticas, económicas o bélicas; sino por la facilidad cada vez mayor que la globalización nos ofrece para vivenciar y residir en otros lugares. Esto está poniendo en cuestión la forma en que nos relacionamos con el otro, con el que tiene un origen lejano o, simplemente, una forma diferente de ser y estar en el mundo. En esta quinta versión del Festival Internacional de Cine - CINESPACIO, queremos explorar los tránsitos, encuentros y transformaciones producidas en las narrativas cinematográficas que surgen de las diferentes situaciones de migración que afrontamos en el siglo XXI. El cine es también un viaje que construye procesos de circulación e hibridación cultural, por eso queremos conocer propuestas audiovisuales que abran la discusión, tanto en sus modelos de creación y desarrollo como en sus apuestas discursivas sobre la migración, la diáspora y las narrativas en tránsito.
Cuando el proyector se enciende, el espectador, al igual que las miles de personas migrantes, inicia un viaje que terminará siendo otro y al salir de la sala ha de reconocerse como un sujeto anómalo expuesto ante una tierra extraña. Ha cruzado una frontera. Se ha encontrado con el otro.
Un abismo en las formas de vivir, pero también en las formas de pensarse esa vida, es lo que mantiene al migrante expuesto ante la condición de no-pertenencia. Un recelo de parte de los anfitriones globales ante una democracia en crisis pone en cuestionamiento los valores liberales, pero, también, supone un riesgo para aquellas personas migrantes al encontrarse con el resurgimientos de discursos en negación multicultural y, por ende, de cierre fronterizo y rechazo a los modos de vida externos a sus fronteras imaginarias. Ahora bien, también en el caso de ser recibidos en estos nuevos territorios se enfrentan a otro nivel de la problemática: la constante tensión entre la solidaridad y la instrumentalización de su condición, no solo de parte de los anfitriones, sino también de los migrantes, pues son los procesos culturales formas de identificación de la pertenencia y lo distinto, pero también modelos y justificantes para la ganancia económica o la satisfacción moral. La crisis democrática reflejada en la situación migrante es un punto que nos interesa dentro del material fílmico esperado, pero también la migración como confluencia de identidades en choque o encuentro, queremos obras que logren construir discursos de sensibilización de nuestra imagen del otro o que los confronten desde un contenido crítico.
El llamado es a encontrarnos para pensar las nuevas estéticas transnacionales que surgen de la actual problemática migrante, pero también cómo éstas generan identidades en pugna que el cine intenta retratar y confrontar, sea en sus modelos de realización hibridados como en sus abordajes temáticos. Queremos hablar del reconocimiento del otro cuando se encuentra con las hegemonías culturales y sus vacíos de reconocimiento por los individuos y las comunidades emocionales de su externalidad, queremos material audiovisual que se piense en la sensibilidad o la conceptualización de la migración como parte fundamental de su prácticas de creación o sus procesos argumentales. Es este festival, entonces, el espacio para el diálogo, la integración y el reconocimiento de cómo el mundo audiovisual asume las problemáticas y perspectivas de las Migraciones, diásporas y narrativas en tránsito.